GUIJOSA Y SU MONASTERIO DE LOS JERÓNIMOS. (SORIA)
LA CURIOSA HISTORIA DE CÓMO SE DESTRUYÓ SU IGLESIA
Guijosa es una pedanía de Espeja de San Marcelino, en las estribaciones de la Sierra de la Demanda soriana. Uno de tantos pueblos de la España Olvidada y que tanto demanda la atención de las administraciones para que no acabe desapareciendo al igual que otras poblaciones. Está situada en la carretera que une San Leonardo de Yagüe con la burgalesa Peñaranda de Duero, SO-934 luego BU-934, carretera que discurre por pequeñas poblaciones.
Pero no vamos a hablar del
pueblo, que ya lo hicimos en otra entrada de este blog. Hablaremos de su famoso,
en otros tiempos, monasterio de Los
Jerónimos.
El cenobio se fundó en 1402
por el Obispo de Osma D. Pedro Fernández de Frías, al parecer para dar cobijo a 25 monjes. Les dona varias tierras y propiedades. Constaba de dos claustros, uno
para los monjes y otro para la hospedería. A partir del año 1525 el monasterio pasa al patronato
de la Casa Avellaneda, siendo el cabeza de familia D. Diego de Avellaneda,
quien mandó construir un palacete anexo y construir en el crucero de la iglesia
los sepulcros familiares. Tamnién amplia con donaciones varias tierras. Durante este época el escritorio del monasterio se
hizo famoso por los cantorales que realizaban, surtiendo de estos libros a muchos monasterios e iglesias.
Durante la Guerra de la
Independencia sus estancias sirvieron de hospital y su fin llegó con la Desamortización
de 1835, abandonando los monjes el monasterio. El abandono y la rapiña acabaron
con el monasterio. El sepulcro de D. Diego acabó en el Museo Nacional de
Escultura de Valladolid, desapareciendo el resto de sepulcros. Otros ornamentos
fueron a parar a las iglesias parroquiales de los pueblos de la zona.
Pero la iglesia se mantuvo en
buen estado hasta 1939. En que fue derribada por los vecinos al acabar la
Guerra Civil. Transcribo la mención sobre el suceso tal y como viene en el
panel explicativo junto a las ruinas:
“…En el año 1939 fue demolida la iglesia, como único edificio en pie,
por las gentes de la zona ante la posibilidad del regreso de los monjes y la posible
pérdida de sus tierras”
Según me cuenta un vecino, al
marcharse los monjes los vecinos se apropiaron de las tierras del monasterio.
No era cuestión de perder tan preciado valor. Y los monjes sin siquiera un
edificio donde alojarse no tenían motivo para volver.
Hoy en día los terrenos siguen
dando cosechas a la sombra de las ruinas de aquel monasterio. Solo queda en pie
el hastial de la iglesia, que los propios vecinos utilizan como reloj de sol.
Los restos de lo demás están cubiertos de maleza y poco se distingue de sus
muros. Una fuente original que aún se conserva, contempla lo que queda de aquel
edificio.
Aún así es un paraje donde
pasar una tarde de verano en las mesas colocadas a tal efecto y poder merendar.
Los vecinos no se apropiaron de las tierras gratis, las tuvieron que comprar o recomprar tras las desamortización
ResponderEliminarNos limitamos a poner lo que pone en el cartel junto a los restos
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