FRÍAS (BURGOS)

 

FRÍAS (BURGOS)         

EL PUEBLO MEDIEVAL QUE OSTENTA EL TÍTULO DE CIUDAD

Cuando el rey Juan II de Castilla,  en 1435, le otorgó a la población de Frías el título de ciudad no se podía imaginar que con el paso de los siglos esta población se convertiría en la ciudad más pequeña de España, y por ande de las más pintorescas y visitadas por los viajeros. Y no es para menos, porque Frías tiene mucho encanto y mucho que visitar. Por algo se encuentra entre los “Pueblos Más Bonitos de España”, la marca creada en 2011.

Nosotros hemos estado varias veces, pero nunca habíamos escrito nada sobre esta población, ahora es el momento. Antes de llegar al pueblo realizamos la parada obligatoria en Tobera, para ver las ermitas y cascadas.

Al acercarnos a Frías la vista se agudiza en la contemplación del asentamiento de la población, un espigón con casas colgadas en el centro y a los lados opuestos la silueta del castillo y la iglesia, es espectacular.

(Fotografías de la web de Frías)

Pero adentrémonos en Frías. Entramos en un entorno medieval, donde se han mantenido las construcciones sin apenas cambios, casas en piedra de toba y entramados de madera, calles estrechas con la calzada empedrada, balcones de madera y puertas adinteladas. No en vano está declarado   Conjunto Histórico Artístico. Si no viéramos a gente es como si estuviésemos parados en otro tiempo. Pero hemos llegado en un día de fiesta y el pueblo está abarrotado, no es de extrañar, ya que como hemos dicho es de los más visitados, aun así se puede disfrutar de la visita y detenerse en los detalles de las edificaciones. 

Sobre nuestras cabezas asoma la silueta del torreón del castillo, una imagen que se mantiene a lo largo de la calle principal, según la vamos subiendo hasta la plaza del ayuntamiento y después la iglesia. Esta se sitúa en el margen del espigón y desde un mirador habilitado se ven estupendas vistas de la puebla de abajo y los Montes Obarenes.

La iglesia está consagrada a San Vicente. La traza primitiva fue románica, pero ha llegado hasta nosotros con una extraña mezcla de estilos. En 1906 se derrumbó la torre y se edificó una nueva, y después se espolió la portada románica, hoy en el  Museo de Claustros de Nueva York. En su interior se ven  tres retablos: el del Cristo de las Tentaciones (barroco), el de la Soledad y el Mayor (neoclásicos). Admirable es la capilla de la Visitación, resguardada por exquisita reja de forja y con un retablo del siglo XVI del pintor Juan de Borgoña y dos sepulcros de ornamentación plateresca. En la torre se ha habilitado un pequeño museo.

Desde la iglesia seguimos por la explanada que nos lleva al castillo. A nuestra derecha contemplamos los muros de lo que fue la muralla de Frías y las vistas del Ebro y la Sierra de Tobalina. Antes de llegar al castillo se encuentra la Oficina de Turismo. Allí os darán la información que preciséis.

El Castillo. La historia del castillo se remonta a la de las primeras fortalezas del siglo X. Situado sobre una peña que domina el Valle de Tobalina, es uno de los castillos roqueros más espectaculares de Castilla, teniendo un gran valor estratégico. La defensa de la Muela se completará en 1201 con la construcción de la muralla, y más adelante, en el siglo XV Pedro Fernández de Velasco emprende obras de fortificación para garantizar el dominio de Frías, que son los restos que hoy en día se pueden ver. En 1920 pasará a manos del Ayuntamiento.  Durante muchos años estuvo destinado a juegos populares (bolera, uta, etc.), actualmente está destinado al turismo con la realización de visitas guiadas y a actividades.

Otro de los grandes atractivos de Frías es sus casas colgantes, Encaramadas en lo alto de la Muela parecen que son parte de la roca misma. Están suspendidas a ras del risco, un urbanismo y una arquitectura que se adapta al escaso terreno con el que cuenta la parte alta de Frías.

Ahora nos vamos a visitar el puente sobre el Ebro. Es de origen romano, ya que por aquí pasaba la calzada romana y fue reconstruido varias veces en la Edad Media. Mide 143 m. de largo, 345 m. de ancho, desde el nivel del agua hasta el pretil más alto del puente hay unos 113 m. y otros tantos hasta la torre. Consta de 9 arcos. En la Edad Media se le construyó la torre de planta pentagonal en su base central. Es una estampa preciosa sobre el río Ebro.

Nosotros nos marchamos pero seguro que volveremos.

 Para más información visitar Web de Frías

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