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martes, 30 de junio de 2020

LAS MARZAS, UNA TRADICIÓN MILENARIA. ASÍ SON EN HUERTA DE REY (BURGOS)


“LAS MARZAS” EN HUERTA DE REY (BURGOS)


(Dibujo de Gustavo Cotera)

Según la historia, el origen de ”las Marzas” proviene de la época romana. Marzas es el nombre que reciben los cantos con los que se recibe al mes de marzo, conmemorando así la llegada de la primavera. También  la mayoría de los pueblos ibéricos de la antigüedad se regían por el calendario lunar en el que el inicio del año era el 1 de marzo. Ese día se escenificaba un ritual al que se le llamaba Noche de Marzas con el que se conmemoraba el nacimiento de la vida, el inicio del año y la finalización del invierno. Así el año comenzaba con la Primeravera, o lo que es lo mismo con la Primera luna de marzo. Para el investigador Caro Baroja “los mozos son los descendientes de los que en otra época salieron con motivo del comienzo del año o “Kalendae Martiae” cantando las llamadas “martiae”, que anunciaban la venida del primer mes del año dedicado a un dios de la agricultura, después de los meses purificatorios. Se cantan el último día de febrero o el primero de marzo en numerosas localidades ubicadas en la zona norte de España, como en Burgos y Cantabria, así como, en menor medida, en Asturias, León, Palencia, Salamanca, Soria, Valladolid y Vizcaya.

Las Marzas en Huerta de Rey, son los cánticos que el último día del mes de febrero se realizan hasta bien entrado el primer día del mes de marzo.

No es una fiesta que se celebre en muchos lugares de España. En Burgos solo se realiza al sur de la provincia y en los últimos años en la capital.

En Huerta de Rey   Las Marzas las cantan los “quintos” de ese año, es decir, los que iban a la “mili”,  los que cumplían 19 años.

Después de la tallación que solía ser el tercer domingo de febrero, esa era la primera participación de los quintos son Las MarzasA las doce de la noche es hora de juntarse para las rondas. El lugar de reunión solían ser las tabernas. Antes había que pedir permiso al alcalde

Cada quinto ponía una gallina o escotaba el dinero para comprarla. Después serian comidas en una gran merienda. También  en las rondas por las casas no era raro que los mozos apañasen alguna gallina, un par de chorizos y varios huevos, muchas veces a hurtadillas.

Hoy en día poco ha cambiado esta tradición, excepto que ahora también participan las mozas. Juntos recorren el pueblo cantando toda la noche. Estos canticos se componen de cinco estrofas, que se van repitiendo por todas las calles del pueblo acompañados por música, antes dulzaineros, ahora una charanga.

Las Marzas de Huerta de Rey son únicas y de las pocas en las que se canta a exaltar a la anatomía de la mujer, siendo los mozos los que le echan imaginación para los pasacalles y su forma de celebración al pasar el bote.

Antaño se pasaba puerta por puerta, y los vecinos de cada casa los recibían y les daban regalos, ya fuese en dinero o especies, con lo que se sufragaba una merienda. (También al vecino tacaño se le birlaba una que otra gallina o algún conejo)

Las anécdotas de los mayores que las celebraron en sus años mozos son muchas y todos guardan recuerdos de cuando las cantaron. Como he dicho los canticos son únicos y están divididos en cinco estrofas: Petición de permiso, Canto a la naturaleza, Canto al amor, Petición de donativos y Despedida.

Un ejemplo de los cánticos:

“Asomaros damas a vuestras ventanas y oiréis cantar estas lindas Marzas.

Asomaros damas a vuestros balcones y oiréis cantar a vuestros amores.

Esta noche entra marzo de media noche “pa” bajo. Sale marzo y entra abril con las flores a relucir.”…

“Esa es tu cabeza ¡Oh¡ que pequeñita que en ella se forma una palomita.

Esos tus cabellos son de oro fino cuando te imagino.

Esa es tu frente es un campo de guerra donde el Rey de España alzó su bandera.

Esas son tus cejas un poco arqueadas que a la luna nueva te son comparadas”…

No puede faltar la visita al colegio y el reparto de caramelos, una experiencia para los más chicos que ellos también lo harán cuando les toque ser quintos.

De esta forma se trasmite de generación en generación esta tradición.

Una tradición que no se puede perder. Lamentablemente en 2021 no se celebraron por el Covid.









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PINILLA DE LOS BARRUECOS (BURGOS)

PINILLA DE LOS BARRUECOS (BURGOS) UN PUEBLO ENTRE PEÑAS


Para llegar a la localidad burgalesa de Pinilla de los Barruecos tomamos la carretera N- 234 hasta llegar al punto kilométrico 429 donde nos encontramos con el cruce que la señal nos marca el pueblo. Después de dos kilómetros por una carretera estrecha llegamos a Pinilla de los Barruecos; inconfundible con sus peñascos que rodean la localidad. De esos peñascos le viene el nombre,  Pinilla es diminutivo de peña, posiblemente haciendo alusión a una pequeña torre de vigilancia de la época de repoblación, situada sobre una pequeña peña  y Barruecos, de origen celta para unos y de origen vasco para otros,  haciendo referencia a esas peñas. Espectacular es la entrada al pueblo enclavado entre las rocas de arenisca y la contemplación de las típicas casas serranas, alguna aún con las chimeneas serranas, también llamadas  encestadas y recubiertas de tejas. Pero lo que destaca sobre el caserío es su iglesia,  Construida en estilo renacentista, consta de tres naves y alta torre con dos campanas. En su interior cuenta con varios retablos de estilo barroco y una pila bautismal románica.






Un pequeño paseo por el pueblo nos ofrece visitar sus calles, las antiguas escuelas, separadas para niños y niñas, hoy ya desocupadas de alumnos, el  lavadero, situado bajo unas peñas, un cobertizo con una pequeña fragua, un carro y un potro de herrar a los animales, los dos frontones, el viejo y el nuevo, ya que goza de haber tenido buenos pelotaris y la celebración de torneos durante las fiestas.



A las afueras del pueblo cuenta con dos ermitas, la más cercana la de San Roque, donde se celebra su fiesta el 16 de agosto. Situada en un promontorio las vistas desde aquí del pueblo son espectaculares. La otra ermita es la de San Miguel, situada a kilómetro y medio en dirección a Soria, por un camino que sale del mismo pueblo. En ella se celebra la festividad de San Isidro. Ambas son de construcción sencilla, sin un estilo definido.

Una curiosa formación rocosa se divisa desde lo alto del pueblo, lo llaman “El Peñuco” lo que nos invita a visitarlo más de cerca. Ya en ella, su figura emerge de la tierra ella sola, sin más rocas a su alrededor,  su vista hace que la imaginación lo transforme en la silueta de un animal o un ser de otro mundo. Os aseguro que no te deja impasible su contemplación.


Con más tiempo prometemos volver para realizar el sendero Fuentes del Río Lobos, (PRC-BU 223) que parte de este pueblo para seguir hasta La Gallega, Rabanera del Pinar, Mamolar y Gete. Un recorrido buscando las fuentes que vierten sus aguas al río Lobos y que discurre por unos paisajes para disfrutar.         


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ESPEJÓN (SORIA)

ESPEJÓN Y SUS CANTERAS DE MARMOL (SORIA



Hoy nuestra ruta nos dirige a Espejón, un pequeño pueblo de la provincia de Soria al límite de Sierra de La Demanda, en la Sierra Noroeste Soriana. Un pueblo que hasta 1833 perteneció a la provincia de Burgos.

Se cree que el nombre proviene de la palabra latina “specula o speculum que viene a significar torre o atalaya, dado que los romanos que ocuparon estas tierras colocarían allí un punto de observación y control de los caminos, no en vano se han encontrado restos de una fortificación en lo que los del pueblo llaman Castillo. A mí me parece más romántico deducir que el nombre proviene de “espejo”,  por lo relucientes de sus mármoles que  al ser pulidos te podrías reflejar en ellos.

Eepejón desde la cantera

Para llegar desde Soria  se puede coger la N-234 y al llegar al cruce de Navas del Pinar, en la provincia de Burgos. A mano izquierda nos adentramos en la carretera que nos lleva a Espejón. Desde Burgos se coge la misma carretera en dirección a Soria y llegamos al mismo cruce anterior para coger la carretera que nos llevara al mencionado pueblo. Yo he cogido la carretera desde Huerta de Rey, la  BU-V-9421 que enlaza con la SO-P-5111, dirección La Hinojosa. A los pocos kilómetros nos encontramos el cruce a mano izquierda, que tras atravesar unos campos de cultivo nos adentra en un cañón con carretera sinuosa que nos lleva al pueblo. El paisaje es digno de contemplar. Sabinas, robles y enebros nos flanquean el camino. Antes de entrar al pueblo ya se divisan en lo alto de la montaña las canteras.

Vista de Espejón


CANTERAS DE ESPEJÓN

El famoso marmol rojo de Espejón sin pulir



Canteras de Espejón en la actualidad

Gozan de fama las canteras de Espejón, que ya fueron explotadas desde la  época romana, como lo atestiguan los restos encontrados en las ruinas de Clunia, en el cercano pueblo de Peñalba de Castro. Pero si esto fuese poco, sus mármoles se encuentran en el Palacio Real y en el Monasterio del Escorial, entre otros.

Dos son los tipos de roca que se explotaban: el jaspe rojo y el mármol blanco o beis, estas últimas en funcionamiento hasta el año 2010.


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Canteras
                                                                                                 

En el pueblo destaca su iglesia, que tiene sus orígenes en el siglo X o XI. La actual es muy posterior y solo sobresale su espadaña.

                                                                           Iglesia 

Para dirigirnos a la cantera cogemos la carretera que señala a la ermita de Brezales, y a poca distancia nos encontramos el acceso a mano izquierda. Tomando precaución nos podemos adentrar en la explotación. Enseguida se ven grandes bloques de piedra extraídos de la montaña. Algunos blancos inmaculados, otros con vetas de varios colores. Se divisan los cortes en la roca como si fuesen hechos a cuchillo, de verdad que impresiona. Tras un breve paseo retomamos el camino para dirigirnos a la ermita de Brezales. La sinuosa y estrecha carretera merece la pena encaminarla. El paisaje te sorprende y la situación de la ermita aún más. Es un enclave que incita a meditar en medio de la paz que se respira. Eso ahora, porque desde el siglo XVIII, coincidiendo con el fin de semana de Pentecostés se celebra la romería de Nuestra Señora de Brezales, donde se acude en procesión desde el pueblo y la celebración de una comida por los vecinos. La vuelta al pueblo se realiza portando la Virgen de María Stella, patrona de los casados.



ERMITA DE BREZALES
TENADA JUNTO A LA ERMITA


Nosotros acabamos nuestra visita, no sin antes contemplar de nuevo el paisaje. Y a ti tampoco te defraudará la visita a Espejón.

PARA VER EL MAPA PINCHA AQUÍ:Espejón

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CARBÓN VEGETAL DE BURGOS

RETUERTA  Y LA ELABORACIÓN DEL CARBÓN VEGETAL

LOS ÚLTIMOS CARBONEROS DE CASTILLA Y LEÓN

Son en los primeros días de junio y aún se contemplan los hornos humear. Estamos en la localidad burgalesa de Retuerta, en las estribaciones de La Demanda, un pequeño pueblo cercano a  la turística Covarrubias, cuyo nombre resuena, para los que no lo conozcan, por el proyectado pantano  de hace más de 60 años y que iba  anegar sus tierras con las aguas del río Arlanza. Aún queda algún resto de hormigón y el poblado de viviendas que se construyó para tal efecto. Son los resquicios de una obra que más bien fue una pantomima de la administración que de una obra real. Yo recuerdo incluso los mapas de la Diputación de Burgos donde se señalaba el lugar como destino para la práctica de deportes acuáticos.


Pero volvamos a lo que nos ocupa estas líneas, los carboneros. Un oficio muy arraigado en Retuerta, por lo menos desde hace 500 años, según documentos, si no es más antigua,  y que la tradición de padres a hijos se ha mantenido. Según me cuentan en el pueblo, hasta no hace muchos años casi todos los vecinos conocían el oficio, hoy en día son tres o cuatro: Pedro, Juan Martín, Marciano, son los hombres  que lo practican y solo uno a nivel comercial. Los otros se sirven del carbón para su uso particular y si les sobra se lo venden a algún restaurante de la zona para las parrillas, ya que es un carbón muy apreciado por ser únicamente de encina y dar un sabor diferente al de otros carbones comercializados.



Es un oficio muy laborioso y que comienza en el mes de mayo con la recogida en el monte la madera de encina, para bajarla al pueblo y preparar el horno. Para ello se inicia con el clavado de un palo central y unos palos cruzados alrededor de él  hasta formar un cono de hasta tres metros de altura  según la cantidad de leña, y que se cubrirá de gavillas de paja y tierra en su totalidad. Una vez realizado el horno se retira el palo central, dejando la boca abierta y se abren unas bocas en la parte de abajo. El horno se alimenta por la boca, donde se irán introduciendo los leños de encina, ya que la combustión se realiza de arriba hacia abajo. Los primeros días es cuando se alimenta el horno, vigilando el proceso. El trabajo que dura entre 12 y 20 días, dependiendo de la cantidad de leña, no deja descanso al carbonero ni de día ni de noche ya que hay que vigilar el fuego cada tres o cuatro horas. Nuestro interlocutor se ha construido un chamizo en la era junto al horno donde duerme y descansa durante estos días.



No hay tiempo para otros menesteres, ya que una ráfaga de viento u otro accidente puede agujerear el horno y avivar la combustión. Hay que estar pendiente de tapar los agujeros que puedan salir y que las llamas no consuman la madera.  Durante la carbonización de la encina se producen varios cambios de temperatura dentro del horno hasta alcanzar los 600 grados. Son muchos días de insomnio hasta conseguir el apreciado carbón vegetal.


Nosotros dejamos los montículos de tierra negra teñida por el paso de los años de carboneo y que es utilizada año tras año para el mismo fin.  Los dejamos calientes y humeantes y vemos cada poco tiempo como el carbonero hecha de nuevo la tierra sobre esta cúpula  de carbón. Él espera conseguir unos 20.000 Kg.  Nos desplazamos a otra era y en este horno, Pedro, están sacando el carbón vegetal ya acabado y metiéndolo en sacos con la ayuda de su hija. Para ello cada vez que saca el carbón tiene que rellenar de tierra el hueco.  Es para uso particular y para un restaurante de la zona de Pinares. Seguro que sus brasas darán un sabor Gourmet a las carnes.


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