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jueves, 25 de junio de 2020

QUINTANILLA DE LAS VIÑAS (BURGOS)

LA JOYA VISIGÓTICA DE QUINTANILLA DE LAS VIÑAS



Nos dirigimos a la zona de Lara, las tierras que vieron nacer a Fernán González, el primer conde de Castilla. Son extensos campos cargados de historia. Por aquí pasaron tribus celtas, los romanos y los visigodos. Y de la impronta que dejaron éstos últimos vamos a visitar, la ermita de Quintanilla de las Viñas.

Tomamos la N-234, conocida como carretera de Soria, y a la altura del Km 459 nos encontramos el cruce que señala la población. Andamos cerca de 5 Km para llegar al pueblo. Imponente la vista de la Peña de Lara sobre las casas de tejados rojos y calles estrechas. Pasamos un lavadero y tomamos el camino hacia el este. La señal indica la dirección de la ermita. Tras un corto paseo llegamos al lugar. Aún recuerdo la primera vez que visité este lugar, allá por el año 1988, cuando las visitas eran guiadas por Jesús Vicario, hombre afable y entusiasta por enseñar toda la zona, no solo la ermita. Hablar con él era aprender lo que no estaba escrito, pues no era hombre de estudios, como él decía, su sabiduría se la había aprendido de escuchar a los entendidos y por su cuenta explorar el terreno. Después de 50 años como celador de la ermita su experiencia era de académico. En mi librería tengo el libro que escribió, acompañado de F. Valentín de la Cruz, y que de su mano me dedicó unas palabras. “Vicente un enamorado del arte”



                               Vista exterior                                                                              Dedicatiria de D. Jesús en su libro

Pero pasemos a hablar del templo. Las primeras noticias de él la situaban de origen mozárabe y declarada  Monumento Nacional en 1929. Su construcción se remonta a finales del siglo VII, siendo una basílica en forma de cruz latina. Hoy en día solo se conserva la capilla mayor, estando formada por un ábside rectangular y el transepto. Ya no está D. Jesús para guiarte, pero sigue con entusiasmo otro joven en la misma labor. Hay que señalar que la visita es gratuita.



Vista exterior de la ermita
                                                                       

Como ya se dijo anteriormente, de aquella gran basílica solo queda en pie una parte de ella, pero a sus pies se pueden ver los cimientos de lo que sería en sus orígenes y que el paso del tiempo ha contribuido a su perdida. Aún se puede observar varias tumbas  cavadas en el lecho de roca que algunos quisieron ver como el enterramiento de los padres de Fernán González, D. Gonzalo y Dña. Muñadona.  Lo primero que llama la atención es el bello tallado de sus piedras en todo el contorno de la ermita. Plantas y animales exóticos e imaginarios recubren los muros. Hay también inscripciones:   Las letras F, A, N. L en una piedra, en otra: A,A,N,L y el otra: F,R,N,C. sin que se sepa a ciencia cierta que significan. Pero lo que más predomina son los racimos de uvas colgando de las viñas, de ahí el nombre de la ermita. El paso del tiempo no ha borrado la exquisitez de su tallado en las piedras de sillería.





                                                                                     Exterior de la ermita

A su interior se pasa por una pequeña puerta de escasa altura, adornada por un friso tallado con los mismos adornos que encontramos en las demás paredes. Adentro nos encontramos con lo que fue el crucero y el arco de entrada al ábside. Es un arco de herradura de un trazado perfecto, hermoso. La parte frontal está decorada con racimos de uvas, hojas y aves en número total de 16. En los capiteles que soportan el arco nos encontramos representaciones humanas y unas inscripciones: “LA HUMILDE FLAMMOLA OFRECE ESTE HUMILDE OBSEQUIO”  (traducido al castellano.).  El de la derecha representa al sol, como símbolo de Cristo, con dos ángeles alados a los lados. El de la izquierda, incompleto, representa a la luna, como símbolo de la iglesia.  En el muro sobre el arco vemos otro bloque con un Cristo Pantocrátor. Otros dos grandes bloques de piedra se encuentran depositados dentro del ábside. En uno de ellos un personaje con corona sostiene una cruz, rodeado de dos ángeles. En el otro bloque dos ángeles escoltan a otro personaje con túnica. Otros dos más pequeños representan a dos personajes. Se da la circunstancia que éstos fueron robados en el año 2004, siendo recuperados en casa de un millonario inglés en 2019. Tras su recuperación fueron depositados en el Museo de Burgos y tras una sentencia volverán a la ermita. Yo cuando la visité por última vez a finales de diciembre de 2019 aún no estaban. Nos conformamos con contemplar unas réplicas.





Es una visita que a nadie le deja indiferente. Muy recomendable.

A la salida el guía nos invita a un pequeño rincón, a pocos metros de distancia desde donde se realiza la foto más espectacular, la ermita con la peña de Lara al fondo. Todo un acierto.



Nos vamos, pero seguro que volveremos.

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1 comentario:

  1. Aún recuerdo recoger en mi coche a Jesús en el pueblo y comenzar la visita en el propio coche de camino a la ermita...Muchas gracias por llevarnos en esta ocasión a esta joya de la cultura española y por recordar al entrañable paisanaje, tan bien representado por Jesús Vicario

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