QUÉ VER EN ARGANZA (Soria)

QUÉ VER EN  ARGANZA (SORIA)

DONDE HABITA LA MEMORIA

Encontrar pueblos deshabitados siempre es triste, y más si la ruina en muchas de las casas es total. Piensas en cuando la vida corría por estos lugares, cuando los niños jugaban por sus calles y se veía salir humo por sus chimeneas. Los que vivimos en pueblos aun poblados te viene a la cabeza cuanto tiempo pasará para que ocurra lo mismo, para ver como el silencio se apodera de sus calles. Triste destino espera al mundo rural si no se pone remedio. Es imposible pasar por estos despoblados y no pensar estas cosas. En cambio en todos los lugares hay mucho qué ver

Eso nos ha pasado al visitar Arganza, un pequeño lugar a poca distancia de San Leonardo de Yagüe camino de Santa María de las Hoyas, buscando el Puente de los Siete Ojos en el Cañón del Río Lobos.

La carretera sinuosa pasa por medio del lugar y el río Navaleno, también llamado río Arganza, (según mapas) separa lo que se podía llamar dos barrios. En la margen derecha la iglesia y lo que debió ser la puebla principal y al otro lado del río las casas de labranza y ganadería. Hoy vemos alguna granja, no sabemos si activa, y lo que posiblemente sean casas de fin de semana de algún descendiente del pueblo. 

La mayoría de las pocas casas están en ruina, y solo se ven los muros alzados en piedra caliza abrigados por la maleza que ha crecido sobre ellos. Una fuente al pie de la iglesia de construcción no muy antigua   parece indicar que alguien quiere que el lugar tome vida en algún momento.   Las pocas casas en pie por poco se mantienen enteras. La carretera parece que las engulle, ya que apenas hay acera. Sí que se ven al otro lado casas de buena construcción, pero pareciendo que se han querido separar de la imagen del primitivo pueblo

Un poco de historia de Arganza

No he encontrado mucha historia escrita del lugar, y eso que su origen tiene que ser remoto, ya que su iglesia de origen románico se tuvo que edificar como muy tarde en el siglo XII. De ella hablaremos más adelante.

Esta tierra de nadie fue objeto de constantes disputas entre cristianos y musulmanes durante el período de la reconquista. La primera referencia documental  escrita data del año  1088, momento en que se delimitó la línea divisoria entre las diócesis de Osma y Oca-Burgos: Visum est saniori sic determinare parochias eorum, ut a fine Canatanazor et de Muriello et Arganza… Este límite fue objeto de interpretaciones posteriores, lo que motivó que en 1108 el papa Pascual II atribuyera estas tres parroquias a la diócesis de Burgos y más tarde, en 1136, otra decisión impuesta en este caso del cardenal Guido, devolvía estos lugares a la de Osma. En 1173 Alfonso VIII hizo entrega al hospital de San Leonardo la villa de Arganza, con sus montes, pastos, riberas, molinos, tierras, con todos sus términos y pertenencias. En  1213 Alfonso VIII realizó una permuta con el monasterio de San Pedro de Arlanza mediante la cual San Leonardo y otras dieciséis localidades, entre las que se encontraba Arganza, pasaron a manos del cenobio burgalés a cambio de otras heredades.  Arganza  mantuvo esta dependencia  hasta 1563, año en el que junto a San Leonardo y Vadillo fue vendida a don Juan Manrique de Lara.

En el Censo de 1879 figuraba como lugar del concejo de San Leonardo del partido de Tierra de Roa en la intendencia de Burgos, con jurisdicción de señorío y bajo la autoridad del alcalde pedáneo, nombrado por el duque de Veragua. Contaba entonces con 188 habitantes. A la caída del Antiguo Régimen la localidad se constituye en municipio constitucional, para posteriormente integrarse en el conocido entonces como San Leonardo de Arganza. Contaba entonces con 546 vecinos.

Imposible pensar  como pudo decaer progresivamente en su despoblación. Ya a principio del siglo XXI solo lo habitaban 11 personas. El mayor abandono de sus habitantes se produjo a mediados del siglo pasado, dirigiéndose en su mayoría a San Leonardo de Yagüe.

Turismo en Arganza 

Lo más interesante del pueblo es su iglesia. Está bajo la advocación de San Juan Bautista Degollado. Como dijimos anteriormente, de origen románico, con numerosas modificaciones a través de los siglos. Está situada en la parte más alta del pueblo, sobre la ladera de un montículo que resguarda al caserío de los vientos del norte. Del viejo templo románico sólo se ha conservado la portada occidental y el pórtico meridional convenientemente tapiado para ser reutilizado como muro de cierre. Se aprecia lo que sería una galería porticada de nueve  arcos de medio punto  soportados por pares de columnas dispuestas sobre alto podium y provistas de capiteles dobles, visibles sólo en sus caras laterales. Los capiteles  tienen una temática representada, basada fundamentalmente en motivos de carácter vegetal y faunístico, como arpías, dragones y grifos entre otros animales menos fantásticos. Algunos autores ven una referencia  silense en los trabajos. En el año 2014 se dio la noticia del expolio de uno de los capiteles, que en la actualidad se ha reconstruido con materiales modernos.

Al cegarse la galería meridional y destruirse los muros de la anterior iglesia para hacer la actual, se trasladó la entrada  a la posición que ocupa hoy. Consta de arco de acceso de medio punto y una arquivolta lisa soportada por  columnillas provistas de basas formadas por plinto decorado con una banda.  Las columnas  se coronan con sencillos capiteles decorados con motivos vegetales.  Por último, remata la portada un guardapolvo de puntas de diamante.

Solo por ver esta iglesia ya merece la pena parar en Arganza, aunque si te gusta la naturaleza tienes mucho que disfrutar, ya que se sitúa a los pies  del Pico San Cristóbal, como imponente vigilante del viajero que pasa por estos lares, donde los más aventureros se pueden internar en su cueva, o andar por la senda del río Arganza hasta su desembocadura al río Lobos y ya de paso realizar el Cañón.

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