LERMA
(BURGOS)
LA
VILLA DEL VALIDO DEL REY FELIPE III
Hubo un hombre que se
convirtió en el gobernador más poderoso e influyente de la Europa de finales
del siglo XVI y principios del XVIII y que convirtió la Villa de Lerma en cabeza de sus dominios,
hablamos de D. Francisco Gómez de
Sandoval y Rojas, I Duque de Lerma. Este hombre será el valido del Rey Felipe III desde el año 1598 hasta
1618. Y durante estos 20 años levantó un conjunto urbano que aún se conserva, palacio, colegiata,
hospital, imprenta, monasterios, ermitas, molinos, plazas, jardines, canales,
coto de caza, etc. Todo para su propia gloria y, trayendo a la corte a sus
dominios, controlaba a la corona y a sus adversarios. Al Rey se le tenía
entretenido y el Duque campaba a sus anchas.
Pero
antes de visitar Lerma vamos a
contar un poco su historia de esta Villa que goza del título de Bien de Interés
Cultural en la categoría de Conjunto
Histórico.
Por
estas tierras anduvieron las tribus celtas de los Vacceos, para luego ser
dominadas por los romanos hasta la llegada de los visigodos. Por el año 900 es
frontera en el avance de los cristianos contra los árabes, formándose como
fortaleza amurallada. Las primeras noticias en las crónicas aparecen en el año
911, con el nombre de “Larama”. Una vez conformada la estabilidad de la zona,
son los nobles castellano-leoneses lo que se disputan sus dominios, pasando a
manos de los Lara. Posteriormente paso a ser realengo hasta 1414 cuando D. Diego Gómez de Sandoval y Rojas recibe
la Villa con todos sus términos en donación de manos del Rey Fernando I de
Antequera.
Tras
años de estar en las manos de este linaje, es en 1574, cuando D. Francisco Gómez de Rojas y Sandoval
recibe el mayorazgo de la casa como IV Conde de Lerma. En cuanto se hizo cargo
de estas tierras lo primero que hizo fue cambiar el título de conde por el de I Duque de Lerma. El traslado de la
Corte española a Valladolid en enero de 1601 fue decisivo para que el Duque de Lerma concibiera la idea de
crear una corte propia en su villa, para restringir aún más el núcleo cortesano
alrededor de Felipe III, que
mostraba escaso interés y poca capacidad por los asuntos políticos y de
gobierno. Durante este período Lerma se vio engrandecida y
favorecida. Bajo su patrocinio, entre 1600 y 1617, se erigió uno de los
conjuntos Histórico-Artísticos mejor conservados de España, de estilo Herreriano
y que hoy podemos contemplar.
Lerma
se convirtió en Corte de Recreo, adonde acudían personajes relevantes y artistas
(Góngora, Lope de Vega …), y se celebraban fiestas y banquetes en honor de los
Reyes de España. En Lerma nació el séptimo hijo de Felipe III, la Infanta
Margarita, que fue bautizada con toda pompa y solemnidad en el Convento de las
Clarisas.
Obtuvo
el Duque exorbitantes concesiones reales, en títulos y riquezas. El ducado de Lerma comprendía 40 villas y lugares de
señorío y seis de behetría, que con sus impuestos engrosaron las arcas ducales.
Parte de ellos los invirtió Don Francisco en la construcción de edificios en su
villa: el Palacio Ducal, la Plaza Mayor de Armas con sus edificaciones, seis
monasterios y una Iglesia Colegial, aparte de reparaciones en otros edificios;
también estableció una industria de paños y tintes, una imprenta con licencia
real, y un hospital. Antes de su precipitada caída del poder, se acogió a la
dignidad cardenalicia, para escapar a las iras y a las amenazas de sus
numerosos enemigos. Alejado de la Corte en 1620, los últimos días de su vida
transcurrieron entre Lerma y Valladolid, obligado a devolver las enormes sumas
que había defraudado. Murió en Valladolid el 18 de mayo de 1625. Sus sucesores,
entre pleitos y devoluciones, hicieron que aquel conato de vida cortesana se
fuera apagando, y quedara olvidada la villa en lo restante del siglo XVII.
Pero
vallamos a visitar Lerma y conocer lo que nos legó el Duque.
Hoy
en día Lerma es una población
agrícola, con industria y mucho turismo, sobre todo desde que se abrió el
Parador Nacional. No podemos olvidar que es la capital de la Denominación de Origen Ribera del Arlanza,
con excelentes vinos. Se conserva muy bien su casco histórico y por sus calles
vamos a pasear.
Hemos entrado al pueblo por el arco llamado Arco de la Cárcel, una de las antiguas puertas de la desaparecida muralla.
Arco de la Carcel
El Palacio recuerda un poco al Escorial, con sus tejados en pizarra negra y sus cúpulas puntiagudas. Después de estar muchos años abandonado y sirviendo de almacén de aperos, en el año 2003 se rehabilitó como Parador Nacional. Cuenta con un gran patio central con galerías de columnas. Llama también la atención la escalera que da acceso a la parte superior
Palacio Ducal. Exterior y patio interior con la escalera
Salas del Museo y pozo de agua
El pasadizo actualmente tiene una decoración para las visitas
Vistas de la vega del Arlanza desde una de las ventanas del pasadizo
Junto
al ayuntamiento queda lo que fue el monasterio de Santa Teresa, levantado en
1617. Hoy ejerce de parroquia y las dependencias monacales como oficinas
municipales.
Continuamos para visitar el Mirador de los Arcos, en cuyos jardines está la tumba del guerrillero Cura Merino. Desde el mirador se ven unas vistas preciosas de la vega del Arlanza. Precisamente por encima de los arcos discurre el pasadizo que acabamos de visitar
Tumba del Cura Merino
Seguimos
camino para ver la Colegiata de San Pedro. Enorme edificio herreriano, Edificio
de tres naves con girola y trascoro. El altar mayor es obra de Juan de Ávila,
de estilo barroco. Destaca la sillería del coro y dos órganos, obra de Diego
Quijano en perfecto estado de uso. Sorprendente es la estatua orante en bronce
dorado de D. Cristobal de Rojas y Sandobal,
arzobispo de Sevilla. En la sacristía una mesa taraceada traída del Vaticano,
regalo del Papa Paulo V al Duque de Lerma.
Ahora
nos disponemos a recorren las calles y rincones de Lerma. Calles empedradas y
estrechas con edificios bien conservados. Nos fijamos en la casa donde vivió José Zorrilla, con versos del Tenorio
escritos a los lados de la casa, Y en otro que fue vivienda del primer
gobernador del Banco de España, entre otros cargos. Nos fijamos en un inmueble
que fue escuela de niñas, con soportales sujetos por columnas. Acabamos pasando
bajo el Arco de la Cárcel para ver el Monasterio de la Madre de Dios de estilo
herreriano. Fue ocupado por monjas carmelitas hasta hace unos años.
Otro
monasterio que ver es el de Santo Domingo. De estilo herreriano hoy sirve de
edificio de usos culturales. También el Monasterio de La Ascensión del Señor y la ermita de La Piedad
Torre de la ermita de La Piedad
Mucho
que ver en Lerma y mucho que
disfrutar de sus vinos y viandas, con buenos restaurantes y bodegas. Y si lo
quieres disfrutar en pleno no te puedes perder sus Fiestas Barrocas el primer
fin de semana de agosto.
Para ver el mapa pincha aquí: Lerma
VIDEO DE LERMA
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