PINEDA DE LA SIERRA (BURGOS)
ENTRE LOS PICOS SAN MILLÁN Y MENCILLA
Nos encontramos en una
población rodeada de un paisaje espectacular, a la sombra de grandes montañas
dentro de la Sierra de la Demanda, bajo los picos San Millán y Mencilla y junto
al curso del río Arlanzón, que nace aguas arriba en el puerto del Manquillo.
Los grandes hayedos, pinares y robledales tiñen en primavera de verdor y en
otoño de mil colores los campos de esta tierra, alimentadas por las aguas de sus arroyos que nutren el
Arlanzón antes de remansarse en el pantano que lleva su nombre, aguas abajo, a
poca distancia del pueblo. Tampoco falta la nieve en invierno, ya que se sitúa
a 1.205 m. de altitud y que es aprovechado por cientos de excursionistas que
disfrutan del polvo blanco en la cercana, ya en desuso, Estación Valle del Sol,
aunque sea con trineos o raquetas de nieve.
Río Arlanzón
La concha del Mencilla
Para llegar a Pineda de la Sierra hay que
coger la conocida en Burgos como “Carretera de los Pantanos”. Está a 50
kilómetros de distancia de la capital. También desde Salas de Los Infantes, por
la carretera que se dirige a Nájera, desviándonos hacía el Puerto del
Manquillo.
De Pineda de la Sierra tenemos noticias
escritas desde el año 932, a través de la documentación del monasterio de San
Pedro de Cardeña, señalada con el nombre de “Pineta”
de significado obvio. En este pequeño asentamiento de repoblación, debió de
establecerse muy pronto la explotación ganadera pues a principios del siglo XI,
el conde Don Sancho le concede fueros sobre el ganado, que fueron confirmados
por los monarcas Alfonso VII y Sancho IV. En el año 1287 consigue la exención
de impuestos, en toda Castilla, para la trashumancia de 15.000 cabezas de
ganado ovino. La ganadería produjo riqueza durante mucho tiempo y eso se
refleja en las casonas, casi palacios, construidas en el pueblo. Otra riqueza
fue la minería, ya que aquí se explotaron minas de cobre, plomo, hierro, cinc y
carbón durante el siglo XIX hasta mediados del XX. Es el motivo de que el
ferrocarril minero, hoy convertido en Vía Verde, pasase por esta población
camino de Bezares desde la capital burgalesa.
Vía Verde del ferrocarril minero
Pasear por Pineda de la Sierra, un pueblo
en el que no viven todo el año 50 personas, es disfrutar de la arquitectura tradicional,
con buenas casas de piedra arenisca
rojiza, con tejados a dos aguas y chimeneas encestadas. Edificios de
dos plantas, con ventanas pequeñas para
evitar el frio de los inviernos. Grandes portalones de entrada por donde
seguramente entraba el ganado a la planta baja, ya que las de arriba eran las
dedicadas a vivienda. El calor de los animales calentaba las plantas
superiores. Otros edificios auxiliares dedicados a los rebaños eran las
tenadas, ubicadas a las afueras del pueblo.
Hoy muchas casas se han
rehabilitado, pero conservan la arquitectura tradicional. Pasear por el pueblo,
por unas calles muy cuidadas, es
descubrir estas construcciones y rincones escondidos. Merece la pena atravesar
el puente sobre el río Arlanzón al final del pueblo y meterse en las
callejuelas de esa parte del pueblo.
Calles de Pineda de la Sierra
Pero si hay una excusa para visitar Pineda de la Sierra es su iglesia. Bajo la advocación de San Esteban es una obra románica de primer orden dentro de la Sierra de la Demanda. Construida en el siglo XII por discípulos del primer maestro de Silos, es de una sola nave con ábside y torre. Aunque ha sufrido modificaciones a la hora de agrandarla en siglos pasados, conserva todo el esplendor de lo románico en casi todo el edificio. El exterior del ábside contiene tres columnas, que separan los cinco paños, rematadas con capiteles decorados con motivos vegetales y animales a igual que las tres ventanas que se abren en sus muros. Los canecillos están decorados de diferentes animales y seres fantásticos, aves, vegetales, etc. La torre cuadrada también tiene partes románicas. En lo alto tiene troneras para las campanas.
Tras la galería se encuentra
la portada con cinco arquivoltas sobre otras tantas columnas a cada lado de la
puerta. Los capiteles están decorados con figuras humanas, la adoración de los
Reyes Magos, Sansón con el león, animales mitológicos, vegetales, etc. En su
interior se conserva una bonita pila románica. Una belleza que mejor se detenga
el visitante y lo descubra por sí mismo.
Entrada a la iglesia
Pila románica
El Mencilla
Desde aquí cogemos un camino de tierra que nos lleva hasta el Esteralbo, un refugio de montaña. El camino está completamente nevado pero merece la pena por contemplar el paisaje y las vistas. Numerosos riachuelos cortan a veces el camino, pero los sorteamos con facilidad. Llegamos al refugio. Desde aquí el pueblo de Pineda parece de cuento. Nos quedamos un buen rato contemplando estas vistas y desde aquí recomendamos la visita a Pineda de la Sierra, no te arrepentirás.
Vistas del Pantano del Arlanzón
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