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viernes, 16 de abril de 2021

PINEDA DE LA SIERRA (BURGOS)



PINEDA DE LA SIERRA (BURGOS)

ENTRE LOS PICOS SAN MILLÁN Y MENCILLA

 

Nos encontramos en una población rodeada de un paisaje espectacular, a la sombra de grandes montañas dentro de la Sierra de la Demanda, bajo los picos San Millán y Mencilla y junto al curso del río Arlanzón, que nace aguas arriba en el puerto del Manquillo. Los grandes hayedos, pinares y robledales tiñen en primavera de verdor y en otoño de mil colores los campos de esta tierra, alimentadas por  las aguas de sus arroyos que nutren el Arlanzón antes de remansarse en el pantano que lleva su nombre, aguas abajo, a poca distancia del pueblo. Tampoco falta la nieve en invierno, ya que se sitúa a 1.205 m. de altitud y que es aprovechado por cientos de excursionistas que disfrutan del polvo blanco en la cercana, ya en desuso, Estación Valle del Sol, aunque sea con trineos o raquetas de nieve.

                  Río Arlanzón
                             La concha del Mencilla

Para llegar a Pineda de la Sierra hay que coger la conocida en Burgos como “Carretera de los Pantanos”. Está a 50 kilómetros de distancia de la capital. También desde Salas de Los Infantes, por la carretera que se dirige a Nájera, desviándonos hacía el Puerto del Manquillo.

De Pineda de la Sierra tenemos noticias escritas desde el año 932, a través de la documentación del monasterio de San Pedro de Cardeña, señalada con el nombre de “Pineta” de significado obvio. En este pequeño asentamiento de repoblación, debió de establecerse muy pronto la explotación ganadera pues a principios del siglo XI, el conde Don Sancho le concede fueros sobre el ganado, que fueron confirmados por los monarcas Alfonso VII y Sancho IV. En el año 1287 consigue la exención de impuestos, en toda Castilla, para la trashumancia de 15.000 cabezas de ganado ovino. La ganadería produjo riqueza durante mucho tiempo y eso se refleja en las casonas, casi palacios, construidas en el pueblo. Otra riqueza fue la minería, ya que aquí se explotaron minas de cobre, plomo, hierro, cinc y carbón durante el siglo XIX hasta mediados del XX. Es el motivo de que el ferrocarril minero, hoy convertido en Vía Verde, pasase por esta población camino de Bezares desde la capital burgalesa.

             Vía Verde del ferrocarril minero

Pasear por Pineda de la Sierra, un pueblo en el que no viven todo el año 50 personas,  es disfrutar de la arquitectura tradicional, con buenas casas de piedra arenisca  rojiza, con tejados a dos aguas y chimeneas encestadas. Edificios de dos  plantas, con ventanas pequeñas para evitar el frio de los inviernos. Grandes portalones de entrada por donde seguramente entraba el ganado a la planta baja, ya que las de arriba eran las dedicadas a vivienda. El calor de los animales calentaba las plantas superiores. Otros edificios auxiliares dedicados a los rebaños eran las tenadas, ubicadas a las afueras del pueblo.





Hoy muchas casas se han rehabilitado, pero conservan la arquitectura tradicional. Pasear por el pueblo, por unas calles muy cuidadas,  es descubrir estas construcciones y rincones escondidos. Merece la pena atravesar el puente sobre el río Arlanzón al final del pueblo y meterse en las callejuelas de esa parte del pueblo.








                              Calles de Pineda de la Sierra

Pero si hay una excusa para visitar Pineda de la Sierra es su iglesia. Bajo la advocación de San Esteban es una obra románica de primer orden dentro de la Sierra de la Demanda. Construida en el siglo XII por discípulos del primer maestro de Silos, es de una sola nave con ábside y torre. Aunque ha sufrido modificaciones a la hora de agrandarla en siglos pasados, conserva todo el esplendor de lo románico en casi todo el edificio. El exterior del ábside contiene tres columnas, que separan los cinco paños,  rematadas con capiteles decorados con motivos vegetales y animales a igual que las tres ventanas que se abren en sus muros. Los canecillos están decorados de diferentes animales y seres fantásticos, aves, vegetales, etc. La torre cuadrada también tiene partes románicas. En lo alto tiene troneras para las campanas. 

Iglesia de Pineda y detalle del ábside


Sobresale la galería porticada, auténtica joya de la iglesia,  que cierra la portada. Espectacular es decir poco. Compuesto por once arcos apoyados en columnas geminadas, cinco a cada lado de la puerta de acceso, estando decorados sus capiteles con vegetales a excepción de dos que contienen figuras humanas de difícil identificación.


Galería porticada

Tras la galería se encuentra la portada con cinco arquivoltas sobre otras tantas columnas a cada lado de la puerta. Los capiteles están decorados con figuras humanas, la adoración de los Reyes Magos, Sansón con el león, animales mitológicos, vegetales, etc. En su interior se conserva una bonita pila románica. Una belleza que mejor se detenga el visitante y lo descubra por sí mismo.




                        Entrada a la iglesia
                    Pila románica

Otro edificio religioso es la ermita de Santo Cristo, también de origen románico y reformada en los años 90 del siglo pasado. Para acceder a ella debemos pasar por el bonito Puente del Canto, sobre el río Arlanzón. En ella se celebra una romería el 14 de septiembre.



Ermita de Santo Cristo y detalle de piedras


Nosotros nos vamos al Valle del Sol, una antigua estación de esquí, ya en desuso, pero que mantiene los remontes. Aquí muchos burgaleses dieron sus primeros pasos en este deporte.  No es que se vea  mucha nieve, pero queremos disfrutar de un paseo por el hayedo. Para llegar seguimos la carretera dirección al puerto del Manquillo y a poca distancia cogemos el desvío a mano derecha. La subida es espectacular hasta el refugio de la Diputación. Ahí dejamos el coche. Las vistas de la concha glaciar es maravillosa. Las cumbres del Mencilla están nevadas y merece la pena pararse un rato y disfrutar.

                              El Mencilla

Desde aquí cogemos un camino de tierra que nos lleva hasta el Esteralbo, un  refugio de montaña. El camino está completamente nevado pero merece la pena por contemplar el paisaje y las vistas. Numerosos riachuelos cortan a veces el camino, pero los sorteamos con facilidad. Llegamos al refugio. Desde aquí el pueblo de Pineda parece de cuento. Nos quedamos un buen rato contemplando estas vistas y desde aquí recomendamos la visita a Pineda de la Sierra, no te arrepentirás. 

 

                            Refugio del Esteralbo
                   Vistas del Pantano del Arlanzón

          Pineda de la Sierra desde el Esteralbo

SI QUIERES VER EL MAPA PINCHA AQUÍ:   Pineda de la Sierra

 VIDEO PINEDA DE LA SIERRA


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