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sábado, 12 de septiembre de 2020

MUSEO DE MODÚBAR DE LA EMPAREDADA (BURGOS)

 

MUSEO EL HOMBRE Y LA RECOLECCIÓN

MODÚBAR DE LA EMPAREDADA (BURGOS)

 


Si ya el ir a visitar un museo es un placer y contemplar lo expuesto te llena de satisfacción, contemplar un museo que narra la vida de nuestros antepasados con sudor y lágrimas, te supone tener unas emociones que en pocos sitios las sentirás. Porque venimos de una sociedad agricultora y el que más o menos, con cierta edad,  ha conocido o ha visto hacer las labores en el campo en nuestros pueblos.

Ese trabajo que hasta los años 60 del siglo pasado, se realizaba en todos los pueblos, al que acudían tanto hombres como mujeres, padres, hijos y nietos, y que desde que amanecía hasta la puesta del sol no lo abandonaban. Un trabajo duro que se realizaba a mano por la gran mayoría y mecanizada por unos pocos. Esto es lo que nos cuenta el museo que vamos a visitar invitados por sus creadores, los hermanos Alonso, Carlos y Carmelo. Dos entusiastas que durante más de cuarenta años han ido recopilando, reparando, recuperando y estudiado más de 3.000 piezas que componen su colección.



Porque lo que nos enseñan en éste museo es solo una parte de un gran proyecto que tienen en mente, “El Hombre y los Ingenios”, una gran obra que  pretende ser un “Arca de Noé” de los ingenios creados por el hombre desde que la humanidad existe y que le sirvieron para prosperar y llegar a lo que hoy somos. Pero Carlos y Carmelo no se conforman con tener una pieza de cada artefacto, no, ellos nos cuentan su evolución hasta la mecanización del mismo. De cómo, por ejemplo, se pasó de la hoz a la cosechadora, o de un uso a un telar industrial, y así con todas las herramientas que se han usado y que han existido sin apenas transformación durante siglos hasta la llegada de la era industrial.

Ese monumental y ambicioso “Arca de Noé” se compondría del oficio del hierro, del oficio de las fibras, del oficio de la madera, de los ingenios hidráulicos, de la evolución del taladro, en definitiva de “Nuestro Ayer”, de nuestra forma de vida no hace tanto tiempo. Cómo complemento a todo esto tienen preparado un aula educativa de cómo era la primera etapa de la vida, nacer, crecer, jugar y aprender, el paso de niño a adulto.

Pero todo ese gran proyecto no se puede ver, y creo que sin el apoyo necesario nunca lo veremos plasmado íntegramente. Nuestros responsables políticos, que son los que tienen las llaves para su realización, de momento miran para otro lado, y pienso que éste proyecto pondría en el mapa cultural mundial a la ciudad que lo albergase. Pero parece que lo que a los responsables culturales les importa más el continente que el contenido. Ahí tenemos esos grandes edificios construidos a base de muchos millones de euros que están vacíos, pero como son llamativos les llena de ego el decir que ellos lo aprobaron.

                           MUMO

De momento nos conformamos con visitar el museo que contiene “EL HOMBRE Y LA RECOLECCIÓN”. Lo alberga el Museo de Modúbar de la Emparedada, a las afueras de ésta pequeña localidad burgalesa.

Ésta colección recibió el Premio Fuentes Claras 2018 de la Junta de Castilla y León.

La colección se compone de más de 350 piezas repartidas en 1.000 metros cuadrados. No te imaginas los que te encuentras dentro, impresionante la composición expositiva.  Nos metemos en el mundo del campo, de la agricultura,  en el proceso de recolección hasta su cosecha. En la  evolución de las herramientas usadas por el hombre en el trabajo en el campo.

                         Los hermanos Alonso explicandonos en que consiste el museo

Tengo que señalar que todo el montaje los han realizado los hermanos Alonso y con muy buen criterio han sabido colocar las piezas para su mejor contemplación. Ellos nos sirven de guía y sus explicaciones nos hace entender cada pieza. No te cansas de escucharles, se nota el entusiasmo que han puesto en este proyecto, cada pieza es un tesoro para ellos, y no me sorprende, se han esforzado por recuperar piezas de la provincia, de fuera de ella y otras traídas del extranjero. Todas son originales y tiene su valor especial, pero hay una que destaca y es la réplica de un relieve romano traído de Bélgica, en el que se representa la primera segadora, Gallic Vallus, ya descrita por Plinio el Viejo en el siglo I.

                                                     Relieve romano

Pero comencemos con la visita. Ya de entrada nos explican que desde el neolítico hasta el año 1900, los labradores sólo disponían para hacer la recolección una hoz, un trillo los más acomodados, un bieldo, unas cribas y no todos una yunta y un carro. Sin olvidar el arado romano, azadas, etc.




Diferentes vistas del museo



Las primeras vitrinas nos enseñan las primeras hoces hasta llegar a la guadaña o dalle. De cómo evolucionó de diferentes formas y las herramientas para afilarlas. También los artilugios para protección, cómo las zoquetas. Pasamos a las primeras segadoras, primero manuales y luego mecánicas.   La ruta sigue por los diferentes modelos de trillos, mayales  y rodillos. Curiosos alguno de ellos. Unos de piedra, otros de hierro y otros de sílex. A lado, las primeras máquinas que trillaban y las primeras aventadoras y de beldar. También vemos las diferentes horcas, bieldos  y herramientas de madera usadas para recoger la mies, el carro para su transporte etc. 


                             Los hermanos Alonso no se cansan de explicar su formidable colección

En un rincón tenemos lo que sería una cuadra, con su pesebre, diferentes yugos, melenas, arreos, cabezadas, colleras, collerones, el granero, etc.

                        Representación de una cuadra

Lo siguiente que se representa es el cultivo de la hierba, forrajes, etc. Era la cultura del ganadero más que del labrador. Aquí se muestra las herramientas para cortar la hierba, las primeras máquinas, la primera empacadora y una máquina para desgranar el maíz. Al lado carros para el transporte.

                                                Diferentes trillos
                              Beldadora
                                               Aventadoras
                                    Brabán
                                           Aventadoras
                            Trilladora

No pueden faltar las medidas agrarias. En Castilla la media fanega, el celemín, el cuartillo, etc. En Aragón, el almud, en Navarra el arrobo. Aquí vemos todas, hasta hay un rasero.

                                    Medidas agrarias

Pasamos a ver los arados. En el neolítico con un palo. El primitivo romano y cómo evolucionó según la zona geográfica, o la reja, que  también tiene variaciones. Detrás el carro para hacer la sementera. Al final de los arados está la rastra, la arrobadera, las desterronadoras y los artilugios para sembrar a mano para pasar a las sembradoras mecánicas.

                                   Arados

Esto es un pequeño resumen de lo que se puede encontrar en ésta exposición. Sería muy largo enumerar las más de 350 piezas. Lo mejor es ir a verlo y disfrutarlo. No perdáis la ocasión de ir con niños. Hay que tener en cuenta que llevamos dos generaciones que no han conocido el trabajo en el campo tal y como se realizaba antes. Tu recordarás y ellos aprenderán. Cómo dicen los hermanos Maté: “UNA MIRADA AL PASADO…UN PASO DECIDIDO HACIA EL FUTURO”

Lamentablemente el museo está cerrado al público y para su visita hay que concertarla con los hermanos Alonso. El teléfono es 625 090 852 (Carlos).




 


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