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domingo, 9 de mayo de 2021

HUMEDAL DE FUENTEPEÑA, HACINAS (BURGOS)

 

HUMEDAL DE FUENTEPEÑA EN HACINAS (BURGOS)

UN PARAISO PARA CIGÜEÑAS Y OTRAS AVES



 


No es frecuente encontrarnos con humedales en estos tiempos, donde su desaparición crece a un ritmo superior a otros hábitats naturales en todo el planeta. La presión humana para el uso agrícola o de pastos y el cambio climático ha producido que tengamos entre un 70-80% menos de los existentes desde principios del siglo XX.

La importancia de los humedales es fundamental para la vida de muchas aves y vegetales, al formar un ecosistema único en el planeta y un refugio para animales en peligro de extinción.

Tenemos la suerte de que últimamente la conciencia ecológica está más presente ahora que en tiempos pasados y ello contribuye a la recuperación de estos espacios de diversidad y podamos disfrutar de su contemplación siempre que respetemos su entorno.

Un humedal que se recuperó en el año 2009 es el de Fuentepeña en la localidad burgalesa de  Hacinas, ubicada en la Sierra de la Demanda. Lo forma un conjunto lagunar de varias pequeñas y una grande, todas conectadas entre sí, con una profundidad de entre uno y tres metros. La laguna grande es como un campo de futbol.



Para llegar a ellas hay que salir del pueblo en dirección este por un camino de concentración en buen estado, incluso para vehículos. El trayecto es de kilómetro y medio aproximadamente. Nada más empezar nos encontramos con un cartel que indica los senderos y el que debemos tomar para llegar al humedal. 


Ahí podemos dejar el coche y seguir andando, el paseo nos sorprenderá con la vista de varias aves diferentes, y nidos de cigüeña, que en esta zona se han contabilizado hasta 40, siendo una de las zonas de España donde más parejas anidan en un entorno tan pequeño.  








Cada rato vemos volar a estas aves o posadas en los campos.  El camino discurre a través de una dehesa, por donde veremos el cartel de El Soto, pasaremos una paso canadiense con un cercado hasta llegar el arroyo de Hacinas

                 Paso canadiense
            Arroyo de Hacinas

Desde aquí ya vemos las rocas de Fuentepeña y justo enfrente tenemos el humedal. 


                Fuentepeña

La verdad que la primera vista es preciosa, se respira paz, solo rota por el estruendo del cantar de las ranas en sus orillas, que se oyen a distancia. Todo un espectáculo sonoro en esta época de reproducción. (de abril a julio).

                Cabras y ovejas junto al camino


                 Una experiencia el escuchar el croar de las ranas



                     Las vacas frecuentan los pastos alrededor del humedal.

A la entrada al humedal nos encontramos con el lavadero, construido en 1878, donde las mujeres de Hacinas lavaban la ropa y en uso hasta el año 1975, fecha en que llegó el agua corriente y su saneamiento al pueblo. Dura vida la de estas mujeres del mundo rural que tenían que cargar con la ropa hasta este lugar.




               Lavadero

Alrededor de las lagunas crecen juncos, carrizos, espadañas y otro tipo de plantas que sirven de refugio a anfibios, como ranas, sapos y el tritón jaspeado y a aves como el pato. También estas lagunas sirven de parada a las aves migratorias que hacen escala en sus aguas para alimentarse.















Dar un paseo por su contorno es un placer para la vista y disfrutar de un paisaje único. Os dejamos unas fotos pero lo mejor es que lo visitéis. Muy recomendable para toda la familia, donde seguro los niños lo agradecerán. Nosotros hemos retornado al pueblo haciendo una ruta circular muy fácil,  en total del recurrido de la ruta completa es poco más de tres kilómetros.


SI VIAJAS POR LA RIBERA DEL DUERO Y LA SIERRA BURGALESA  TE ESPERAMOS EN HUERTA DE REY. EN HOSTAL CAMINO DEL CID ADEMÁS TE INFORMAREMOS DE TODOS LOS SITIOS DE INTERÉS


SI QUIERES VER EL MAPA PINCHA AQUÍ: Humedal de Fuentepeña

VIDEOS DEL HUMEDAL DE FUENTEPEÑA:





lunes, 3 de mayo de 2021

LA REVILLA Y AHEDO DE LA SIERRA (BURGOS)

 

UN DÍA ENTRE LA REVILLA  Y AHEDO DE LA SIERRA (BURGOS)

                    Peñas de Carazo y San Carlos

Hay pueblos a desmano de las rutas y caminos que habitualmente solemos hacer, pueblos que solo ves en los carteles de trafico cuando pasas por una carretera principal, pero que nunca te da por tomar la desviación. Pueblos que nos suenan, pero no conocemos. Son pequeñas poblaciones a las que no vas a no ser por un motivo especial y que en el mapa de las  guías  pasan desapercibidos. ¿Cuántas veces hemos estado junto a un pueblo y no nos hemos detenido a visitarlo? Este es nuestro caso con estas dos poblaciones, tan cercanas a nosotros y tan lejanas a la vez. Pocas noticias salen a la luz en estos lugares, si exceptuamos la aparición hace poco tiempo de un yacimiento de dinosaurios en el paraje las tenadas de los Vallejos II  donde el equipo de C.A.S de Salas de los Infantes descubrió restos de varias especies, entre ellos el fémur completo de un rebaquisáurido. También está catalogado un yacimiento altomedieval, posiblemente visigodo.


                     Estela medieval en La Revilla

Para dirigirse a estas poblaciones cogemos una desviación en la N-234 entre Salas de los Infantes y Barbadillo del Mercado. Tras una serpenteante carretera llegamos a La Revilla.

La historia de estos pueblos está documentada muy tardíamente, aunque algunos estudiosos los citan como pertenecientes al concejo de Burgos en el año 1225, se citan  por primera vez en 1587, como integrantes del alfoz de la Ciudad de Burgos, si bien en 1591 se sitúan bajo la jurisdicción de Barbadillo del Mercado como “Revilla y sus anejos”. En 1785 figuran en el partido de “Can de Muño” como barrios de realengo de Barbadillo, pasando en 1845 al partido de Salas de los Infantes, como pedanías de Barbadillo y  sin ayuntamiento propio.

Su población sufrió la desbandada de mediados del siglo XX, y de los más de 500 habitantes que llegaron a contar, hoy en día no llegan a 50, entre los dos pueblos, los que viven todo el año.

En La Revilla conviven las construcciones tradicionales con las nuevas viviendas reformadas. Las antiguas corresponden al tipo serrano, levantadas con piedra arenisca de tonos rojizos, con grandes bloques en puertas y ventanas. Los muros son de sillarejo y los tejados a dos y cuatro aguas. 







                            Calles y casas de La Revilla

Alguna conserva la típica chimenea encestada de la sierra. En las casas auxiliares era donde se guardaban los aperos de labranza y el ganado. Para abastecerse de herramientas y herrar al ganado se conserva lo que fue el edificio de la fragua y el potro. Otro elemento característico de muchos pueblos y que se conserva en La Revilla es el lavadero.  Las calles son estrechas y sin un orden definido.

                                 Fragua y potro 


                        Lavadero y chimenea encestada


 Entre los edificios destaca la iglesia parroquial, dedicada a Nuestra Señora de la Vega. De una sola nave y capillas adosadas, su origen sería románico pero las diferentes fases de reconstrucción no dejan ver la original. La actual parece ser que se levantó en el siglo XVI, con reformas en el siglo XX. El  ábside es cuadrada y portada clasicista con arco de medio punto moldurado. La torre corresponde al siglo XIX, con cuatro huecos para las campanas. 




         Iglesia de La Revilla

En las inmediaciones del pueblo se encuentra la ermita de Nuestra Señora del Amparo, comunera junto  con Barbadillo y Ahedo. Con origen al parecer romano, se asienta en un altozano sobre el Valle del Arlanza. Es un templo de planta basilical de una sola nave con muros de sillarejo. Todo indica que se levantó en el siglo XVII sobre otra anterior, pues en su edificación se utilizó varias piedras y estelas romanas y altomedievales, lo que hace pensar en un yacimiento muy antiguo en el lugar.



                         Ermita Nuestra Señora del Amparo

Una curiosidad de La Revilla es que se rodaron imágenes de la película “El milagro de P.Tinto” en la estación de tren del desaparecido ferrocarril Santander-Mediterráneo.

                                                 Fotograma de la película "El Milagro de P.Pinto"

Hay que señalar que la instalación hace pocos años de dos restaurantes asadores han dinamizado el pueblo los fines de semana y la época estival.

Dejamos La Revilla para dirigirnos A Ahedo de la Sierra. Una carretara estrecha y empinada que sale desde el mismo pueblo nos lleva en pocos minutos.

Ahedo se aferra en las laderas de la Peña San Carlos y la Peña de Carazo. Desde este pueblo se realiza la subida a la peña, siendo muy frecuentada por senderistas.

                     Las peñas de Carazo y San Carlos al fondo del pueblo

Es pequeño el núcleo rural, con viviendas tradicionales junto a construcciones nuevas. Las antiguas con la tipología del pueblo vecino y varias construcciones de una sola planta, alguna con chimenea cónica. Las calles estrechas parece que se dirigen hacia la iglesia, situada en lo más alto del pueblo. 




                       Casas y calles de Ahedo

Es la que destaca sobre las demás construcciones, la parroquia  de San Esteban, de una sola nave y ábside rectangular. La portada es de arco de medio punto y la torre cuadrada tiene dos troneras para las campanas.



Iglesia de Ahedo


El paisaje que se divisa desde el pueblo es espectacular, al norte las moles rocosas de las Peñas, al sur el monte Gayubar,  más al fondo la Sierra de la Demanda, en medio el Valle del Arlanza. Un placer para la vista.


                          Monte Gayubar

Hemos pasado un día tranquilo, paseando por estos pueblos y contemplando sus paisajes. Animaros a conocerlos, merece la pena.

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SI QUIERES VER EL MAPA PINCHA AQUÍLa Revilla y Ahedo

 Video de La Revilla:



 

 

 

 

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