QUÉ VER EN LAS LAGUNAS DE RUIDERA.
UN OASIS EN CASTILLA-LA MANCHA
El
Parque Natural de Las Lagunas de Ruidera
se ubica en el Alto Valle del Río Guadiana (o Río Pinilla) y sirve de límite
provincial a Ciudad Real y Albacete. Desde Ciudad Real o Madrid se llega hasta
Manzanares por la N-IV, y desde aquí por la carretera N-430, pasando por La
Solana, Alambra y Ruidera. Desde Albacete por la N-430.
No
se imagina uno lo que se encuentra al visitar las Lagunas de Ruidera, un oasis en La Mancha. No en vano está
considerado como uno de los humedales
más bonitos de la Península Ibérica. El espacio está protegido por su fauna,
vegetación y su formación geológica, ya que es junto a otro humedal en Croacia,
la
mejor representación de lagos formados por la acumulación de carbonato cálcico
(toba).
Un poco de su historia.
En
el paraje de Ruidera la existencia de
cursos fluviales ha hecho que todas las
civilizaciones que han pasado por aquí hayan dejado su huella. Los primeros
asentamientos en las lagunas se remontan
al Paleolítico Inferior. Habitantes del neolítico, del bronce medio dejaron
muestras de su estancia, y durante la
Edad Media, las órdenes militares de San Juan y Santiago fueron los
propietarios de estas tierras. En tiempos modernos, durante los años 70 y
ochenta, este paraje natural sufrió durante años el uso descontrolado de sus recursos. Las Lagunas de Ruidera, fueron supuestamente vendidas por el Estado a
particulares e inscritas en
propiedad. Durante los años siguientes
comenzó un desarrollo urbanístico
desordenado. Con multitud de construcciones
ilegales, y la construcción de
playas artificiales, sin respetar el paisaje ni
los márgenes de las lagunas. A mediados de los años ochenta, se
pone freno a la urbanización del parque
natural. En el año 1979 el Gobierno de
Castilla-La Mancha, declara las lagunas de Ruidera parque natural, incorporándolo dentro de la Red de espacios protegidos
de Castilla La Mancha.
De turismo en las lagunas.
Nosotros empezamos nuestra ruta en la población de Ruidera, donde una bonita cascada nos dio la bienvenida
Más que de verdaderas lagunas, se trata de remansos motivados por grandes colapsos del cauce fluvial por fenómenos kársticos de una sucesión de dolinas conectadas separadas y relacionadas entre sí por barreras de formación tobácea, que forman cascadas y arroyuelos que enlazan cada una de estas lagunas con la siguiente inferior, salvando un desnivel de más de 140 metros para unos 18 km.
Diferentes miradores están señalizados a lo largo de la ruta
La extensión de las lagunas es generalmente pequeña (800 m x 250 m), salvo alguna excepción, como la laguna San Pedro o la laguna Colgada, (que parecen lagos por sí mismas) y una de barrera de travertino cierra, a modo de represa natural, cada una de ellas. Existe un neto contraste entre las lagunas altas, medias y bajas. Las lagunas altas se consideran laguna Blanca, Concejo, Tomilla y Tinaja, correspondientes al tramo que se prolonga en la vertiente del río Pinilla. Las lagunas medias se inician en la confluencia del arroyo Alarconcillo con la Lagua de San Pedro, con masas de agua con láminas muy abiertas a la vegetación, y presencia de barreras travertínicas, con cascadas y rápidos. La mayor profundidad de los lechos condiciona las más bellas tonalidades de un azul-verdoso. Estas lagunas, que se extienden desde la confluencia del río Pinilla con el arroyo Alarconcillo hasta Ruidera, son laguna de San Pedro, Redondilla, Lengua, Salvadora, Santos Morcillo, Batana, Colgada y laguna del Rey. Las lagunas bajas ofrecen un aspecto distinto. De menor tamaño, ausencia de barreras funcionales, cascadas o rápidos. Aunque se trata de lagunas fluvio-lacustres, bien es verdad que en épocas de sequías las aguas permanecen en superficie estáticas, por lo que sus volúmenes de agua son variables, en función de la pluviometría. Las lagunas más extensas presentan profundidades mayores, posiblemente de 15-20 m; sin embargo se han llegado a citar profundidades de hasta 40 m para la Laguna Colgada.
Diferentes imágenes de las lagunas, varias de color turquesa. Una maravilla de paisaje
Dada la extensión de Las Lagunas de Ruidera, cercana a 3.772 hectáreas, para poder conocer y disfrutar de este espacio natural hay que tomárselo con tranquilidad. Se puede recorrer por la carretera que bordea algunas de las lagunas realizando paradas en los miradores habilitados. Los itinerarios senderistas se pueden realizar de forma libre, encontrándose en su mayoría debidamente señalizados.
Cada laguna tiene su encanto y en alguna se ven los cortados de travertino
Encontramos dos Centro del Visitante, uno en la localidad de Ruidera, y otro en la cola de la Laguna Colgada, En ambos encontraremos amplia información sobre el parque y sus valores naturales, siendo recomendable su visita como primera toma de contacto con este espacio natural.
Prácticamente
cualquier época del año sea adecuada para visitar las Lagunas de Ruidera.
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