CANICOSA
DE LA SIERRA, Qué ver, un poco de historia y un pueblo con encanto para el turismo
Canicosa
de la Sierra se sitúa entre las sierras de Neila y Urbión, en la comarca de Pinares, en un pequeño valle
rodeado por las cumbres de Carmona y Araña. Su espacio natural está poblado por
pino albar y manchas de encinas,
quejigos, hayas y rebollos. La estampa de su paisaje es espectacular y hay mucho qué ver
Historia de Canicosa de la Sierra
En
la edad antigua estas tierras estuvieron ocupadas por las tribus celtas de los
Pelendones hasta la llegada de los romanos. Una estela situada en la entrada de
la iglesia que representa a un guerrero o un obrero con pico, la ubican los
estudiosos en esa época. Los restos de una muralla en las alturas del pueblo,
donde los antiguos celtíberos establecieron un asentamiento dan testimonio del
antiguo castro de su primitiva historia.
El origen del pueblo actual data de la reorganización del territorio, cuando a finales del siglo IX se ocupa el valle del Arlanza, formando parte del alfoz de Lara según consta en su apócrifo fuero. La primera noticia documentada referente al lugar la encontramos en el año 1068, en la documentación del monasterio de Arlanza, cuando el rey Sancho II restaura el obispado de Oca concediéndole un conjunto de posesiones entre las que figura Kannecosa. (Cannecosa en 1140). A partir de 1213, fecha en que hay una permuta entre el monasterio y el rey, por la cual la jurisdicción del lugar pasará al dominio del Monasterio de San Pedro de Arlanza. En 1217 el papa Honorio III confirma las posesiones al monasterio. En el Libro Becerro de las Behetrías, sigue siendo solariego del abad y monasterio de San Pedro de Arlanza. El origen del nombre del pueblo se desconoce y existen varias conjeturas que nosotros no vamos a discutir por ser parte de la historia de Canicosa de la Sierra.Formó parte de la Real Cabaña de Carreteros siendo de las poblaciones que más aportaron, y en 1792 el rey Carlos IV concede licencia para la corta en entresaca de 2.500 pinos, a fin de mantener y conservar los montes, como exigía la real ordenanza. Entre 1785 y 1833, Canicosa se encuadrada en el partido de Aranda de Duero, jurisdicción de realengo con Alcalde Ordinario. Con la Constitución de 1812 de Cádiz quedó constituido como ayuntamiento constitucional del mismo nombre, en el partido de Salas de los Infantes Como dato curioso en su gran obra geográfica Pascual Madoz cita como importante la asombrosa fabricación de taburetes, entre cuatro y cinco mil anuales en aquella época de 1850.
La
población desde el año 1900, que tuvo 1.037
censados, ha sufrido vaivenes, siendo el año con más población censada
en 1960, con 1.082 personas. A partir de este año la despoblación la sufrió al
igual que todo el mundo rural, perdiendo en una sola década a 200 personas
menos. Paulatinamente fue perdiendo población hasta los 422 censados en 2023.
Hasta
aquí un poco de su historia, ahora entramos en el pueblo.
La
impresión es de casas bien construidas, la mayoría con piedra de la zona
recubriendo las fachadas. Conviven las nuevas construcciones con las antiguas,
donde sobresalen las casas carreteras, claros ejemplos de la antigua
arquitectura adaptada al estilo de vida de sus habitantes, con su
característico tejado de gran vuelo y el enorme porche donde cobijaban los
carros, y tejados a varias aguas. Las calles bien pavimentadas y cuidadas,
donde el día que estuvimos la gente se paseaban en ellas y asistían a un mercadillo semanal.
La
iglesia de Canicosa que hoy vemos está dedicada a San Esteban y data del siglo
XVI. Los muros son de piedra sillería de tono rojizo, donde se alternan
elementos románicos, otros góticos y añadidos de épocas posteriores lo que nos remite a la historia de esta iglesia. De una sola
nave, levantada sobre otra anterior de
origen románico. De esta primitiva sólo se conserva e parte del muro sur de la nave.
A media altura del muro actual vemos correr una hilera de canecillos, que son el testigo de la primitiva iglesia románica, destacando uno con una cabeza de leoncillo en posición frontal. También incrustada en este muro queda una portada de arco netamente apuntado rodeado por una fina arquivolta achaflanada. El ábside es poligonal con contrafuertes, gótico. La portada es renacentista, con pilastrones y frontón partido y en él una hornacina con imagen. En su interior destaca como elemento románico su pila bautismal. . Presenta copa semiesférica de 84 cm de diámetro × 55 cm de altura, decorada con un bocel en la embocadura, una ancha banda de zarcillo perlado que acoge brotes con piñas, una banda de contorno y los recurrentes gallones. El retablo mayor es barroco de 1746. También otro barroco con San Antonio y otro con San Pedro.
Escultura empotrada en el muro de la iglesia.
Hay
cuatro ermitas con gran devoción por parte
de los vecinos, San Roque, San Bartolomé y de la Virgen del Carrascal, esta
última con la leyenda de la vaca recuperada por un pastor al encontrar una
talla de la Virgen y la ermita de la Vera Cruz.
Y
no menos devoción se tiene por el santuario de Revenga, comunero compartido por
Canicosa, Quintanar y Regumiel, donde se levanta una ermita y una casona
comunal del siglo XVIII. Cada año, uno de los tres municipios administra los
bienes y propiedades del Comunero y se encarga de preparar la fiesta, la cual
se celebra a finales del mes de mayo en una gran romería. En el entorno de la
ermita también hay una necrópolis con tumbas antropomórficas cavadas en la
roca, orientadas de este a oeste, de origen alto medieval.
Si
al principio hablábamos de su entorno natural, en él hay que destacar su famoso
Pino-Roble. A la salida de la población
de Canicosa de la Sierra por la carretera que conduce a Navaleno, y a unos dos Km. veremos la indicación sobre
una gran piedra pintada. Ahí podemos dejar el coche y coger el camino de
aproximadamente en un Km. nos encontramos
con un robledal en el que sobresale el Pino-Roble. El Pino-Roble es un pino
Albar de más de 10 metros de altura que crece dentro de la oquedad del tronco
de un roble centenario.
Pino-Roble de Canicosa de la Sierra
El
portentoso árbol es un ejemplar único en el mundo en el que conviven
un viejo roble de más de 250 años con un pino de aproximadamente 130 años.
En
el año 2016 fue candidato a árbol europeo del año, quedando en quinta
posición. Los que os animéis a visitar
este paraje no saldréis defraudados y es motivo suficiente para visitar
Canicosa de la Sierra y disfrutar de su turismo de naturaleza y lo mucho qué ver
Patircia
ResponderEliminarPrecioso pueblo. Y por lo que mostramos con mucho más que ver de lo que pensaba. Estaré más atenta e informada en mi próxima visita. Gracias;)
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