QUÉ VER EN DERROÑADAS (SORIA)

 DERROÑADAS

EL PUEBLO DE LAS CASAS DE INDIANOS

 

Visitamos Derroñadas, un pueblo de la comarca El Valle y la Vega Cintora,  a los pies de la Sierra Carcaña que pertenece al municipio de El Royo con un entorno con  dehesas, arboledas de pino, robles y árboles de ribera  a orillas del Duero, que discurre por su término y que tiene mucho qué ver

Historia de Derroñadas

En sus tierras se han encontrado asentamientos del Eneolítico y de la Edad del Bronce, además de un castro de la I Edad del hierro. Las primeras noticias documentadas proceden de la época de repoblación con el nombre de “Ronadas” que durante la Edad Media perteneció a la Comunidad de Villa y Tierra de Soria formando parte del Sexmo de Frentes. En el siglo XIX se constituye como municipio constitucional junto a Royo, teniendo a mediados de ese siglo 730 vecinos. No debieron de ser buenos tiempos aquellos años, D. Pascual Madoz nos describe en si diccionario un poco de su historia,  que sus casas son de mala calidad y pocas comodidades, que es un pueblo dedicado a la labranza y al ganado, no es de extrañar que fuese la época de la primera emigración de muchos de sus vecinos para  hacer “las américas”. Así desde finales del XIX y principios del XX los vecinos asentados en ultramar y que habían triunfado, fundaron la Sociedad Filantrópica de El Royo y Derroñadas, con sede en Buenos Aires, pensando en cómo ayudar, de qué forma compensar con parte de su fortuna  a aquellos parientes y amigos que se quedaron custodiando los lugares sagrados de su existencia. Las fortunas amasadas por estos llamados "indianos" revirtieron en su pueblo natal dando lugar a la construcción de bellas mansiones y casonas, pulidas con el estilismo colonial propio del Nuevo Continente. 

 Turismo en Derroñadas

Y  esas construcciones hoy podemos contemplarlas  en el entramado de calles de Derroñadas. Casonas  rodeadas con espacios verdes y jardines,

 Uno de los vestigios de aquella filantropía fue la de los hermanos Hermenegildo y Eusebio. Su labor se centró en el campo de la enseñanza y la atención a los ancianos, con la construcción de un colegio de chicos en El Royo y otro para chicas compartido con asilo en Derroñadas, siendo, este último,  muy importante y una referencia para que niñas que trabajaban en el campo o en casa tuvieran una formación adecuada. La escuela formó a niñas de todas las clases sociales, incluyendo en régimen gratuito o semigratuito a las de familias de Derroñadas, El Royo y pueblos de la comarca que contaban con pocos o escasos recursos. En 1938 el edificio se convirtió en sanatorio de tuberculosos y sanatorio militar. Actualmente el colegio se abre sobre todo en verano para actividades, como encuentros y campamentos estivales. El edificio es espectacular y se divisa desde todos los puntos del pueblo. Llama mucho la atención dese la lejanía su alta torre.

La iglesia de San Juan Bautista fue construida entre los años finales del siglo XV y los primeros del siguiente, sobre la base de un templo anterior de época románica del que sólo se conservó el perímetro exterior de su ábside. Éste exhibe un trazado semicircular al que se adosaron en la reedificación gótica cuatro contrafuertes prismáticos para contrarrestar el empuje de la nueva bóveda con que se dotó a la capilla mayor. Es de una sola nave  y torre de buena factura. . La portada se abre bajo un sencillo tejadillo y recogida en atrio murado que la independiza del exterior.  En su interior se conserva un retablo clasicista pintado y dorado por Francisco Leonardo Chavacier en 1624, que según la documentación,  tenía que ser pintado en el propio pueblo, siendo los vecinos del mismo los que proporcionarían al pintor casa y carreta de leña semanal, más dinero para comprar los materiales necesarios. Posiblemente el escultor y ensamblador fuese algún artista del círculo del maestro del Burgo de Osma. 

 

Otro edificio religioso es la pequeña ermita de Nuestra Señora del Castillo con arco de entrada de medio punto y restaurada no hace muchos años.

Derroñadas es un pueblo tranquilo, con casas bien conservadas, calles bien cuidadas que invitan a pasear. En la plaza se levanta una bonita fuente y aún se conserva lo que fue “El Toril”, cuadra donde se guardaba el toro semental que se juntaba a todas las vacas del pueblo y otras del entorno. Así mismo conservan orgullosos en el pueblo lo que fue el primer transformador de luz que hubo en el entorno.

Hoy en día la población estable apenas llega a 10 personas todo el año, aunque censadas apenas llegan a la veintena. Derroñadas sufrió la despoblación de mediados del siglo pasado, como todos los del mundo rural, La industrialización del campo era para unos pocos y los demás se tuvieron que marchar. En nuestra visita nos hemos encontrado con cuatro de sus vecinos, que sentados en un banco junto a la fachada de una casa, tomaban el sol y veían pasar las horas. Nos contaron como era la vida antes y ahora y como ha cambiado. La nostalgia y la extrañeza de los seres queridos y ausentes marcan las conversaciones diarias.

No se defraudarán los que visiten Derroñadas, además en su entorno podrán disfrutar de paisajes y zonas de gran belleza. No en vano está incluida en la Red Natura 2000.  Todos alicientes para hacer turismo y pararte a qué ver.