CARAZO
Y VILLANUEVA DE CARAZO
“…moros
tenía Carazo en aquella sazón”. Así viene escrito en el poema anónimo de Fernán
González del siglo XIII. No son éstas
las primeras noticias documentales que tenemos de Carazo. En el monasterio de Arlanza se le cita en el
año 969 como “Carusium” con el significado de lugar de carices o
juncos, que se aplicó primero al pueblo y luego a la meseta de Carazo. Pero la historia de Carazo es mucho más
antigua. En la meseta se han encontrado restos de castros celtas y petroglifos grabados en la roca, y el dominio romano también dejó su rastro en
el lugar de La Serna, dentro del pueblo y en forma de vías de comunicación en
las cercanías. Posteriormente la elevada planicie fue ocupada durante la época
medieval, como lo atestiguan los restos de la fortaleza de la que quedan los
restos de un cubo aislado al noreste y otros restos al lado opuesto. Los
viajeros le dan el nombre de San Carlos, debido a su ocupación en las guerras
carlistas por el Cura Merino. Los lugareños la llaman Torre de Carazo.
Pero
vayamos a visitar ésta población. Para llegar cogeremos la N-234 y en la
población de Hacinas cogemos la desviación que marca Santo Domingo de Silos. La
distancia es un poco menos de 7 Km. Antes de llegar dejamos el cruce a
Villanueva de Carazo, al que luego volveremos. La carretera es estrecha y
serpenteante, rodeada de bosque de enebros y sabinas y durante el trayecto no
es raro ver sobrevolar buitres o incluso alimoches. Todo éste territorio está
afectado por ZEPA Sabinares del Arlanza, zona de protección de aves.
Carazo es un pueblo pequeño,
de los que lucha por la despoblación fomentando el turismo. Sus recursos
naturales y las rutas a la Peña de Carazo son habituales entre los senderistas.
Por su localidad pasa el sendero de Gran Recorrido GR-82. El río Mataviejas
nace muy cerca de la ermita de la Virgen del Sol, en una fuente que llaman de
La Mora.
En dicha ermita se celebra una
romería en el mes de agosto.
Con menos de 50 habitantes, muchas
de sus casas están restauradas y sobre ellas destaca la iglesia de Santa
Eugenia. Su construcción data del siglo XVI, sobre otra anterior de estilo
románico, de la que se conserva su pila bautismal. En su término se rodó la
película de 1963, “El valle de las Espadas" con Espartaco Santoni como protagonista. Después de dar un paseo
por sus calles, bien cuidadas, salimos del pueblo en dirección a Villanueva de
Carazo.
Los orígenes parecen ser de la
ocupación romana con el nombre de Vila
Nova, nombre que también encontramos en la documentación del monasterio de
Silos en el año 979, de una donación al abad de dicho monasterio de la iglesia
de “San Bartolomé de Vila Nova de Caraço”.
La entrada al pueblo se
realiza por una carretera sinuosa rodeada de bosque de carrasca y enebros. Es
más pequeño que el pueblo anterior y con menos habitantes, menos de 30. Tiene
un encanto especial al pie de la gran mole rocosa de la Peña de Carazo. Su
iglesia está bajo la advocación de la Santa Cruz. De origen románico, las
sucesivas remodelaciones a través de los
siglos han dejado pocos vestigios. Destaca su torre cuadrada para el
campanario. Desde su ubicación se ven unas vistas asombrosas de la Sierra de La
Demanda y de la Peña de Carazo.
Una visita muy placentera a
estos pueblos escondidos y poco conocidos de la geografía burgalesa.
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