CASTROVIDO (BURGOS)

 

CASTROVIDO (BURGOS)

EL ENCANTO DE UN PEQUEÑO PUEBLO QUE HA SABIDO  CONSERVAR SU PATRIMONIO CULTURAL

Hoy visitamos la población de Castrovido, un pequeño pueblo de la Sierra burgalesa, pedanía del ayuntamiento de Salas de los Infantes y a escasos 4 Km. de este. Tuvo ayuntamiento propio hasta la década de los años 70 del siglo pasado, con cerca de 200 habitantes,  pero la despoblación del mundo rural hizo sus estragos al igual que en otros muchos pueblos. Hoy apenas 20 vecinos pueblan sus calles.

                                          Vista de Castrovido desde su castillo

La historia de Castrovido se remonta a las tribus celtas, donde tenían un asentamiento que los romanos perduraron y levantaron una torre defensiva que protegiese la vía que comunicaba Clunia con Tritium, (Actual Tricio en La Rioja).  Esa torre o castillo se documenta en el año 974, época de repoblación y el nombre aparece documentado como el nombre de “Castro de Vito” en alusión a un personaje que los historiadores le hacen compañero de Gonzalo Gustios, el repoblador de Salas de los Infantes. Muchos avatares sufrió el castillo, ya que Almanzor lo asedió en sus  aceifas de 1002 para luego sufrir una derrota a la vuelta de tierras riojanas.

Restos de un posible altar celta

La población paso a manos de la familia Velasco en el siglo XIV, que reconstruyeron el castillo tal y como hoy lo conocemos.

Para acceder a Castrovido atravesamos un puente romano que cruza el río Arlanza. 

                                              Puente romano

Sus calles son estrechas y bien asfaltadas. La mayoría de las viviendas conservan  la arquitectura serrana, levantadas en piedra y alguna con la típica chimenea cónica. Se conserva un antiguo potro de herrar de cuando la economía era la ganadería. Son curiosas las piedras coladeras (estremijos) que hay en la puerta de unas casas.  

                           Estampas de Castrovido

Destaca en lo alto de un cerro su castillo. Hay que subir por una estrecha senda durante 15 o 20 minutos por un bosque de robles. La estructura del castillo, observamos cómo la construcción consiste en un torreón cuadrangular asentado sobre un afloramiento rocoso de areniscas,  alcanzando los muros casi dos metros de grosor en la base, en paulatina disminución conforme ganan altura.

                     Senda de subida al castillo y señalización

 Estaba dotado de sótano, tres plantas y la terraza del adarve bordeada de almenas. Las ventanas eran muy escasas, tal vez una en cada lienzo, perdurando un solo ventanal completo, con arco mixtilíneo, en la fachada sur y restos de arranque de otros. La puerta se situaba a unos tres metros de altura, colocada al Este; se accedía a ella por medio de una rampa de madera que en caso de ataque se retiraba al interior del castillo.

                                     Exterior del castillo

Excepto en las esquinas y en el encuadre de los vanos, que son de sillarejo, el paramento de los muros es de mampostería.  Se aprecian distintas etapas constructivas conforme varía la calidad de los materiales, a medida que ganan altura los lienzos de la torre, la cual estuvo rodeada por una cerca en forma de barco, adaptándose a la cima del cerro, de la que aún perdura la cimentación. Su consolidación y la restauración de hace unos años hace posible su visita. 

                                       Vistas desde lo alto del Castillo

 Interior del castillo

                                  Mirador en lo más alto del castillo

Hay que pedir en el bar las llaves y muy amablemente JosÉ Luis te las proporciona. Mediante una serie de pasarelas se accede hasta lo más alto de la torre. Las vistas son espectaculares. Junto al castillo vemos lo que parece un altar celta.

 A mitad de la ladera está la ermita dedicada a la Virgen del Carmen. El origen posiblemente sea prerrománico, como se ve en su cabecera, y con posteriores añadidos góticos. Según los estudiosos sería la primera iglesia de Castrovido.  Junto a ella aparecieron enterramientos con  lajas de piedra. Una necrópolis que data entre los siglos VIII y X.

                           Ermita Virgen del Carmen

La iglesia parroquial está dedicada a San Martín, de una sola nave con arcos y nervios góticos en la cabecera. El ábside es rectangular y la portada de medio punto, con impostas y dovelas molduradas. La torre cobija cuatro troneras para las campanas. En su interior se conserva una pila románica y un retablo barroco con una imágen de San Martín  del siglo XV.  En el exterior hay una tumba antropomorfa con su tapa de piedra.

Iglesia de Castrovido

Una visita a este bonito pueblo que recomendamos a toda la familia

Video de Castrovido 

Para ver el mapa pincha aquí: Castrovido

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QUINTANAS DE GORMAZ (SORIA)

 

QUINTANAS DE GORMAZ Y SU MUSEO DE LA RESINA  (SORIA)

SOLO POR EL EDIFICIO  DEL MUSEO YA MERECE LA PENA VISITARLO.

  

Seguramente hay Museos de la Resina en otros municipios de España, pero seguro que no es tan peculiar como este. Hay que visitar su interior y también ver el exterior, seguro que te sorprenderás.

Por el apellido del pueblo te puedes imaginar por donde estamos, en tierras de Gormaz, el pueblo con la fortaleza islámica más grande de Europa, (ver aquí: Gormaz) y dentro de   Las Riberas del Río Duero, incluido en  Red Natura 2000

A Quintanas de Gormaz tienes que ir, no pasas sin más y paras,  pilla a desmano de las carreteras principales, nosotros coincidimos de camino a las canoas de Vildé (ver aquí: Canoas en el Duero) y aprovechamos para ir a comer a este pueblo. No nos arrepentimos, porque comimos muy bien en el bar de la plaza y además de conocer un poco el pueblo nos sorprendió su Museo de la Resina, y de el os vamos a hablar.

El museo se encuentra en lo que fueron las escuelas de Quintanas de Gormaz, un edificio singular de principios del siglo XX, construido por el arquitecto Ramón Martiarena,  siendo posiblemente las escuelas más espectaculares del medio rural de Soria, si no de  Castilla y León. Por lo espectacular del edificio ya por sí mismo es un reclamo turístico, y por ello hablamos primero de él.  

Un edificio que se costeó por la buena economía que tenía su ayuntamiento gracias a la producción de la resina, y que sirvió para escolarizar a los vecinos hasta hace unas décadas y después de ser escuela que mejor destino que un museo para presumir de la riqueza que hizo posible su edificación. Normalmente las escuelas construidas en aquellos años eran sobrias y sin grandes alardes constructivos, no pasa eso en esta, es espectacular, sin un estilo definido, pero precioso a la vista. El edificio conjuga perfectamente diversos materiales, como el ladrillo, la piedra y la cerámica haciendo de los elementos constructivos y su conjugación parte de la ornamentación.  La situación elevada del edificio, en un pequeño montículo, y la solución constructiva para su acceso de una doble escalera y doble acceso dan una factura clásica a toda la fábrica. 

La parte trasera es llamativa por sí misma, paredes decoradas con azulejos con distintos motivos, aves, peces, alegorias, flores,  mariposas etc. todo muy llamativo y colorido. En la actualidad los azulejos, algunos con algún deterioro por el paso del tiempo, están protegidos por unos cristales.

Ahora entramos al museo propiamente dicho. Ya dijimos de la prosperidad que dio a Quintanas de Gormaz el aprovechamiento resinero, que perduró hasta la década de los años 70 del siglo pasado. En su interior se pueden encontrar réplicas de las distintas técnicas de resinación, así como los instrumentos y herramientas que se utilizan para realizar dicha actividad. Mediante vitrinas y paneles informativos se divulga el trabajo de los resineros, los productos que se obtenían de su destilación, como la colofonia y el aguarrás, o la elaboración de pez, para la impermeabilización de muchos objetos, incluso barcos.

Frente al museo se encuentra el lavadero, de una belleza espectacular, todo cubierto y cerrado con ventanas en todos sus lados. Es una estampa preciosa a contraluz.

Desde donde nos encontramos hay unas vistas estupendas del castillo de Gormaz.

Nos vamos a pasear por el pueblo. Calles estrechas bien cuidadas, con construcciones tradicionales con adobe y piedra que se alternan con edificaciones modernas. También vemos  las bodegas tradicionales escavadas en la tierra y antiguos lagares, que nos recuerda que esta tierra es de vinos.

Junto a una gran plaza rectangular se encuentra la iglesia parroquial, dedicada a San Lorenzo.

De estilo renacentista está construida en mampostería y sillarejo en las esquinas. La portada es de arco de medio punto y sobre ella, en una hornacina  se sitúa la figura de San Lorenzo. A su interior no pudimos entrar al estar cerrada.

A las afueras se encuentra la ermita de Nuestra Señora de las Angustias.

Una visita muy instructiva a Quintanas de Gormaz que recomendamos si te encuentras por estas tierras. No te arrepentirás.

 Para ver el mapa pincha aquí: Quintanas de Gormaz

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