LA TRADICIÓN DE SUBIR LOS “PENDONES” AL PICÓN DE LARA
Este año se ha realizado como un acto simbólico
Un
año más, pero este especial, se ha cumplido con la tradición que ya suma 12
años de subir con los “pendones” al Picón
de Lara. Una iniciativa de la Asociación Tierra de Lara que este año ha
querido solidarizarse con las personas que han sufrido la pandemia del Covid-19
y que por ese motivo ha sido más sentida por sus miembros, que año tras año
luchan por poner el nombre de la Tierra
de Lara en los medios de comunicación y revindicar la despoblación y el
abandono de los pueblos pequeños de
nuestra geografía, a la que se ha dado en llamar la España
Vaciada, y nosotros decimos la España
Olvidada.
Iniciativas
como esta son de valorar por lo que significa para estos pueblos, marginados en
las comunicaciones y en los servicios esenciales, y que los políticos de turno
se llenan la boca con promesas que no pueden cumplir pero queda muy bonito
sobre el papel.
Miembros de "los pendoneros" colocando el nuevo mastil al pendón de Tierra de Lara
El pendón de Tierra Lara portaba un crespón negro en recuerdo a las victimas del Covid-19
Curiosa
nos ha parecido la definición de Borja sobre su pueblo, Lara de los Infantes, cuando nos ha recibido y muy amablemente nos
ha abierto la iglesia para hacer unas fotos: El pueblo de los tres no B.I.C. (Bien de Interés Cultural): El castillo
de Lara, una ruina que se dejó caer lo poco que quedaba; Una ermita que no nos
pudo enseñar porque ya no existe y la iglesia del pueblo en un estado
lamentable, una joya románica-gótica que si no se pone remedio acabará como los
dos anteriores.
Trayecto hasta la cima del castillo
Una
vez arriba, y a la sombra de las ruinas de los muros del castillo, se han dicho
unas palabras en recuerdo de las personas que nos han dejado y se ha guardado
un minuto de silencio. Para finalizar se ha cantado el himno de la Asociación.
Tras un breve descanso se ha bajado hasta el pueblo. Este año no ha habido ningún
tipo de actividad festiva, ya que en anteriores ediciones se suele comer en el
Picón y en el pueblo no puede faltar la música.
Que
no se pierda esta tradición y se pueda celebrar en los próximos años con la
alegría que se acostumbra. Nosotros prometemos volver y con ganas de fiesta y
desde aquí agradecer a Roberto y a Borja la atención que nos han mostrado.